jueves, 11 de octubre de 2007

Rendimiento escolar, el gran caso de la actualidad


Hoy en día, podemos notar en nuestra sociedad, que las generaciones estudiantiles están algo cambiadas en relación a como eran hace algunas décadas. Si bien, con el paso de los años las tecnologías y recursos para enseñar han ido en aumento, se presentan casos en los que ni el mejor software educativo sirve de ayuda para mejorar un rendimiento.
La razón de dicho problema, es el ocio, las distracciones, la poca voluntad de los estudiantes y obviamente la carencia de un manejo adecuado de las obligaciones, por parte de los padres. Los progenitores son los que cumplen uno de los papeles fundamentales en este asunto, ya que la influencia que ellos brindan a sus hijos y el apego que se presenta desde el momento de nacer, puede ser el hincapié para un desarrollo sin alteración alguna. La enseñanza debe partir desde el momento en que sus hijos nacen, con cosas simples de la vida cotidiana, pequeñas reseñas, castigos o refuerzos, son los estímulos que luego darán los frutos esperados.


Todo puede ir bien, hasta que llega el momento en el cual el niño debe ingresar al colegio, aquí todo lo que se le ha enseñado al pequeño puede tener un giro inesperado, ¿a qué nos referimos con esto?, a la influencia social principalmente, ya que el ambiente al cual estaba acostumbrado cambia, cambian las personas, la rutina, ya no están los padres ahí para ayudarlo, por lo tanto el alumno debe comenzar a interactuar con otras personas para lograr el aprendizaje.


Es aquí cuando comienza el proceso de cambio, el niño aprende nuevas cosas y de cierta forma va madurando en conocimientos, también empiezan las amistades, las distintas interacciones que pueden ser uno de los factores fundamentales de una baja en el rendimiento. Generalmente los niños tienden a preocuparse más por los partidos de fútbol, la televisión, el cumpleaños al que ira el próximo sábado, en fin, y de las actividades estudiantiles se preocupan los padres.

Es entonces, el momento en el que deben empezar las normas. Se habla de cómo equilibrar el estudio, las tareas y el ocio de los niños y la mejor forma de enfrentar las malas notas o el comportamiento irresponsable con los estudios.
Primeramente se habla de un horario de consenso, que consiste en que cuando comienza el año escolar, se planifica un horario en conjunto con el menor, de esta manera el niño puede elegir hacer sus tareas después de su programa favorito de televisión o antes de salir a jugar, con ello, el menor asume las normas como suyas, y los papás pueden decirle “este es el horario que tú te pusiste y debes cumplirlo”. También se debe considerar que la dedicación al estudio depende de la edad, por ejemplo hasta 5º básico no se debe estudiar mas de 45 minutos diarios y sobre esa edad no más de 2 horas, haciendo pausas de 15 minutos, está demostrado que el rendimiento no aumenta si se estudia mas.


Se habla también de una autonomía por parte del menor, es decir que haga sus tareas solo y que trabaje sus debilidades y falencias. Algo que los padres deben tener en cuenta más que la nota final el esfuerzo de su hijo para superarse, puede que la nota no sea muy alta y, sin embargo, el niño entiende y es capaz de aplicar el conocimiento a la vida cotidiana, entonces hay aprendizaje. Hay que procurar un ambiente sano, que no funcione sólo en base a premios o castigos, sino en el que los niños aprendan a asumir derechos y deberes y a reconocer errores. Los premios deben apuntar a reforzar la autoestima y la moral, no basarse en cosas materiales, y por último la limitación de la TV, la recomendación es que los preescolares no vean más de una hora diaria de televisión y los mayores no más de dos. Más puede jugar contra el rendimiento escolar, especialmente las 2 horas 20 minutos promedio que ven los escolares chilenos. Según el pediatra estadounidense Dimitri Christakis, el alto consumo de televisión antes de los tres años puede causar déficit atencional. Esto, porque el ritmo de la edición televisiva demanda mucha atención en períodos cortos. La TV también causa problemas de sueño, pues produce excitación en los niños y no descansan lo suficiente como para estar atentos en clases. Para mayor información dejo un link acerca de las técnicas de estudio:




En los adolescentes ya sabemos cuales pueden ser las causas del bajo rendimiento, al igual que en los pequeños, la influencia social, pero a esta edad mayor a los 12 años los factores de distracción son realmente mucho más profundos. Se habla del principio de consumo de drogas, las fiestas, el cero interés por estudiar ya que prefieren salir o bien quedarse chateando, en fin, una cantidad de causas que provienen más que nada del ambiente en el cual se están desarrollando, la presión adecuada que aplican los padres o bien de la propia personalidad del individuo que no presenta mayores anhelos en su vida.



Por Eva Cuevas.

2 comentarios:

Kamii dijo...

Opino que las causas del rendimiento escolar son las que claramente se enfocan en el parrafo anterior, aunque creo que la causa mas fuerte es el dejo de interes que estan teniando los jovenes este tiempo

Rodrigo Robert Zepeda dijo...

Estimadas:

Me parece muy bien el tema abordado, pues creo que se requiere orientar a los padres en estas materias. Sin embargo, echo de menos una mirada sobre el rendimiento escolar que incluya también el rol de los profesores y de la comunidad más amplia en la que se insertan los niños y niñas. ¿Qué hace la sociedad chilena para estimular el gusto por aprender?, ¿qué hacen los profesores por cautivar a sus alumnos y alumnas?, ¿qué hacemos los padres para fomentar el gusto por la lectura, por las artes y las ciencias?.
Me parece que mientras los adultos no valoremos el conocimiento de las diversas materias, mientras la lectura y las conversaciones de temas algo más profundos que el fútbol no se constituyan en conductas habituales, los niños y jóvenes no considerarán significativo estudiar, con los cual los logros en dichas materias no cambiarán sustantivamente.

Saludos,

Rodrigo.